El miedo al coronavirus motiva a los fumadores a dejar el hábito

April Dembosky / KHN

En 40 años de fumadora, Katie Kennedy intentó cuatro veces abandonar, pero siempre reincidía. Hoy, cada vez que le entran ganas, se le aparece la misma imagen: filas de pacientes con COVID-19 conectados a ventiladores.

El padre de Kennedy también fumaba. Estuvo conectado a un respirador antes de morir, y al ver cuán invasiva era la máquina y observar su incomodidad y angustia, Kennedy prometió que no iba a morir así.

“Decidí que era hora de proteger mis pulmones”, dijo Kennedy, de 59 años, quien comenzó una clase para dejar de fumar en Sacramento en marzo. “COVID-19 es un gran motivador”.

Los primeros estudios sugieren que los fumadores que desarrollan COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, tienen 14 veces más probabilidades de necesitar un tratamiento intensivo en comparación con los no fumadores. 

UNA VIDA MÁS SALUDABLE 

Un joven de unos 20 años llamó después de leer un artículo sobre cómo incluso los jóvenes que fuman podrían tener complicaciones de salud más graves por el coronavirus, dijo. 

Aproximadamente la mitad de las personas que llaman a la línea de ayuda gratuita para fumadores de California, 1-800-NO-BUTTS están usando el tiempo en casa para renovar sus hábitos: comenzar a practicar yoga, meditación o una dieta más saludable. El resto parece extremadamente agotado, atrapado dentro con sus familias.

Nallely Espina, consejera de la línea de ayuda les aconseja que, en vez de salir a fumar un cigarrillo, salgan y hagan algún ejercicio.

Las agencias de salud pública de California están incorporando información sobre el vínculo entre fumar y el coronavirus en sus redes sociales y mensajes de divulgación pública, basándose en un legado de 30 años de agresivas campañas y políticas contra el tabaquismo.

El estado fue el primero en prohibir fumar en aviones y en restaurantes y bares, agregando una larga lista de otros espacios públicos a lo largo de los años que hicieron que fumar fuera logísticamente difícil y culturalmente impopular.

UNA RELACIÓN A ESTUDIAR

Como resultado, California tiene la segunda tasa de tabaquismo más baja del país, con el 11,3 %, después de Utah, donde solo el 8,9 % de la población fuma y los valores mormones tienen el crédito de desalentar el hábito.

Si bien los defensores de la salud empujan a los fumadores a dejar de fumar, algunos investigadores se preguntan si la baja tasa de tabaquismo de California influirá en cómo le va al estado a través de la pandemia.

“Es una gran pregunta”, dijo Ruth Malone, profesora emérita de enfermería en la Universidad de California-San Francisco, que ha estudiado el control del tabaco durante 20 años. 

“A los fumadores les va mucho peor si contraen el virus, lo cual no es demasiado sorprendente dado que ataca el tejido pulmonar. También hay una nueva investigación que sugiere que incluso podría promover la transmisión debido a las vías particulares a las que se conecta”.

Probar una correlación requeriría modelos sofisticados para aislar el tabaquismo como un factor de riesgo de los muchos otros que ayudan a determinar las diferencias geográficas en la propagación y la gravedad del virus. 

Esos factores incluyen la densidad de población, cuándo el virus se introdujo en una comunidad y el momento de las medidas de mitigación, como la orden de quedarse en casa, que California fue el primer estado en instituir.

EL TABACO AFECTA A LAS DEFENSAS DE LOS PULMONES

Los investigadores saben desde hace mucho tiempo que fumar hace que sea más difícil combatir las infecciones respiratorias, porque aumenta la producción de moco y paraliza los cilios, las fibras similares al pelo en el tracto respiratorio y los pulmones que normalmente eliminan a los invasores.

“Si algún organismo llega a las vías respiratorias inferiores, ya sea el coronavirus u otro virus, tienes la mucosidad en la que se puede atorar y no se puede eliminar porque los cilios no funcionan”, explicó el doctor John Swartzberg, profesor emérito de enfermedades infecciosas en UC-Berkeley. “Entonces esos organismos encuentran un hogar perfecto”.

La ciencia más reciente indica que fumar también puede aumentar las posibilidades de una persona de contraer el coronavirus, porque el tabaco aumenta un cierto receptor enzimático en las células, la enzima modificadora de angiotensina-2, donde los científicos creen que el virus se adhiere e infecta, dijo Marcos García-Ojeda, inmunólogo en UC-Merced.

Imagina una célula humana como una casa con puertas y ventanas donde el virus puede ingresar, agregó. “Si fumas, aumentas la cantidad de ventanas y puertas para que entre el virus”, dijo.

¿LA NICOTINA COMO AYUDA?

Aun así, otros científicos plantean la hipótesis de que el virus ingresa a las células a través de un receptor diferente, uno que la nicotina puede bloquear. 

Los investigadores en Francia planean explorar si usar un parche de nicotina puede ayudar a prevenir la infección, mientras reconocen que los fumadores que desarrollan COVID-19 tienen más probabilidades de experimentar síntomas más graves.

Los defensores anti tabaco están pidiendo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) que recopilen datos más sólidos sobre la conexión entre fumar y el coronavirus. El desarrollo de una prueba de anticuerpos de coronavirus confiable y ampliamente disponible también podría ayudar a observar mejor esa conexión.“Una vez que dejas de fumar o vapear, tus pulmones, tu sistema inmunológico, comienzan a mejorar en cuestión de minutos”, dijo la doctora Elisa Tong, médica de UC-Davis y directora de proyectos de la Red para dejar el Tabaco de la Universidad de California.