Semana de ayuno contra la violencia en Garfield
Iglesias de diferentes denominaciones empezaron ésta semana en Garfield, condado de Bergen, una semana de ayuno contra el odio y la violencia, por los inmigrantes y todas las personas que sufren la pandemia del Covid-19.
Así lo informó Monseñor William Reilly, párroco de la iglesia católica del Santo Nombre, haciendo un llamado a que se replique en otras partes del estado.
“Mi buen amigo el pastor John, de la iglesia Pentecostal, ha tenido a bien invitarnos a unas dieciséis iglesias, creo yo, para ponernos en oración para pedir que detenga toda esa violencia que está pasando alrededor de nosotros,” dijo Monseñor Reilly.
El sacerdote espera que la comunidad cristiana ponga atención al problema de la violencia en el país y en las ciudades, y las jornadas de ayuno y oración ayuden a sensibilizar a las personas y a los que toman decisiones de gobierno para actuar adecuadamente para detener la violencia, el odio y el racismo.
Sobre el actual proceso electoral el pastor dijo que no habla de política en favor de uno u otro candidato a la presidencia porque “la gente necesita tomar sus propias decisiones”. Si fue enfático señalando que el estuvo, está y estará en favor de los inmigrantes,
Monseñor Reilly recalcó que desde hace cuatro décadas atrás ayuda, sin costo alguno, a todos los inmigrantes que necesitan ayuda en inmigración, como llenar formas, aconsejarlos cómo actuar, y proveerles auxilio espiritual
“Hoy mismo tengo citas todos los lunes para ayudar a la gente con problemas,” enfatizó.
“Todos somos hijos de Dios y tenemos derechos. La iglesia católica trabaja en favor de los inmigrantes. Somos una iglesia al servicio del pobre,”dijo
Por el momento, un trabajo que si ha detenido la pandemia es el de los grupos de ayuda de alcohólicos Anónimos. Las reuniones de hasta cuatro grupos de ayuda han sido suspendidas hasta nuevo aviso.
La iglesia del Santo Nombre, ha tenido pérdidas por el Covid-19 entre su feligresía, por lo que se han extremado las medidas de seguridad en salubridad. Al ingreso de la iglesia existe una bandeja con líquido desinfectante para que los parroquianos limen los zapatos, también han dispuesto gel para limpiarse las manos y se exige mascarillas a todos los visitantes, además tienen un aforo mínimo para evitar aglomeración.