Informe resalta la situación de explotación de las trabajadoras domésticas en Nueva Jersey
Durante tres años Keila, una inmigrante hispana que laboraba como trabajadora doméstica, le exigían sus patrones que limpiara la casa con cloro y amoniaco. Con el tiempo, la hispana comenzó a presentar fuertes dolores de cabeza y dificultad para respirar. El médico le señaló que estos síntomas se debían a la exposición prolongada a los químicos para la limpieza, y le advirtió que incluso podía perder la vista por causa de estos químicos. Cuando le informó a sus patrón los problemas de salud a causa del cloro y el amoniaco y pidió continuar trabajando sin usar con tanta frecuencia estos productos fue despedida.
Keila es una de las más de 60,000 mujeres en Nueva Jersey que trabajan como empleadas domésticas, niñeras y cuidadoras de personas de la tercera edad que enfrentan a diario maltrato y explotación laboral. La hispana relató su experiencia durante la rueda de prensa para la presentación del informe ‘Trabajadoras domésticas en NJ”.
El Centro para Mujeres y Trabajo de la Universidad de Rutger en conjunto con la Alianza Nacional de Trabajadores Domésticas y 26 organizaciones comunitarias del estado afiliadas, presentaron el informe donde se destaca la “rampante explotación” en que laboran estas trabajadoras y destacan la necesidad de que la legislatura estatal apruebe una Declaración de Derechos de las Trabajadoras Domésticas que establezca estándares laborales básicos y proteja a quienes temen denunciar el maltrato.
El reporte, elaborado en base a 414 encuestas realizadas por miembros de organizaciones comunitarias como Casa Freehold, New Labor, Viento del Espíritu y NDWA Adhikaar, señala que el 60% de las trabajadoras son mujeres de comunidades de color y el 52% inmigrantes. De las encuestadas, 72% son latinas y el 25% asiáticas. El 80% de ellas dependen de su trabajo para poder alimentar a sus familias.
El informe señala que las trabajadores domésticas se encuentran entre los trabajadores con salarios más bajos del estado y están exentos de las protecciones legales básicas bajo las leyes federales laborales y OSHA. Por lo general, son empleadas de agencias o trabajan directamente para individuos y familias.
Más del 57% han sido víctimas del robo de salario, entendido esto como no recibir todo o parte del pago acordado ni pago por tiempo extra. El 90% carecen de un contrato escrito con su empleador.
La mayoría de las trabajadoras, 54%, carecen de seguro médico y el 49% no les ofrecen días de enfermedad pago ni vacaciones. Un tercio de las encuestada incluso señala que los patrones le rechazaron otorgarle días libres por enfermedad sin paga.
El 17% han resultado lesionadas durante su jornada laboral y sólo el 10% han recibido entrenamiento de seguridad laboral en su trabajos.
El 47% señaló sufrir de dolores musculares y en las coyunturas, 34% dolores de cabeza, 21% irritación en la piel y ojos, 19% ansiedad y estrés, 18% insomnio y 12% dificultad para respirar, a causa de sus trabajos.
Muchas de las trabajadoras, el 19%, incluso señaló que no se les permite tomar recesos para alimentarse.
“Las trabajadoras domésticas son una parte integral de nuestras comunidades y su número está creciendo en la fuerza laboral, pero esta encuesta muestra que necesitan más protección y formas adicionales de acceder a los beneficios existentes en el lugar de trabajo”, dijo Elaine Zundl, directora de investigación del Centro Rutgers para Mujeres y Trabajo. “La pandemia ha agravado aún más la situación. COVID-19 provocó un desempleo repentino para muchas trabajadoras domésticas, mientras que dejó a otras en la línea del frente sin protecciones básicas de salud y seguridad”.
A pesar de conocer sus derechos, muy pocas de las trabajadoras domésticas encuestada denunciaron los abusos, como el robo de salarios. El informe señala que esto se debe a que desconocen cómo presentar una queja (23%) al departamento de trabajo o no sabían que podían presentarla (22%). Otras razones comunes incluyeron el miedo a ser despedidas (20%), la barrera del idioma (18%) o temor por su estatus migratorio (10%).
A pesar del trabajo de las organizaciones comunitarias para tratar de que se respeten los derechos de estas trabajadoras, el reporta señala que es necesario que se establezca en todo el estado una Declaración de Derechos de las Trabajadoras Domésticas que proteja de los abusos laborales.
“Es imperativo que las trabajadoras domésticas sean tratados como trabajadores esenciales y tengan los derechos laborales para protegerlos del robo de salario, la discriminación y las lesiones en el lugar de trabajo”, dijo Virgilio Aran, organizador nacional de la Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas. “Nuestra esperanza es presentar la Declaración de Derechos de las Trabajadoras Domésticas de Nueva Jersey a principios de 2021 y que se apruebe de inmediato en la legislación estatal”.
Los autores del reporte consideran que la declaración de derechos debe garantizar el pago de salario mínimo, horas extras, beneficios de salud y medidas de seguridad laboral, así como compensaciones y pagos por día de enfermedad, discapacidad, seguro de desempleo y beneficios de jubilación.De igual modo, debe crear mecanismo para facilitar las denuncias y procesamientos de los empleadores que violen los derechos de las trabajadoras, entre otras medidas.