Tra la visita de Harris, México y EEUU inician una “nueva era”
Pedro Pablo Cortés / EFE News
México y Estados Unidos comenzaron una “nueva era” cargada de cooperación en migración y desarrollo con la primera visita oficial de la vicepresidenta Kamala Harris, que ella calificó de “exitosa”, y el presidente Andrés Manuel López Obrador de “trascendente”.
“Uno de los temas (de la visita) es que no hay duda de que estamos entrando en una nueva era alrededor del mundo y esta nueva era ha dejado en claro que estamos interconectados e interdependientes”, declaró Harris en su última rueda de prensa antes de volver a Estados Unidos.
PAQUETE DE ASISTENCIA
La vicepresidenta de Estados Unidos reveló un paquete de asistencia de un valor de 380 millones de dólares, de los que 250 millones de dólares son en generación de inversión en el sur de México, prioridad de López Obrador, con el fortalecimiento de cadenas de valor rurales, como cacao, café y ecoturismo.
Los otros 130 millones de dólares son en cooperación técnica para que el Gobierno mexicano implemente la reforma laboral que garantiza la libertad sindical y un sistema de justicia para los trabajadores, un tema clave del nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Tras cuatro años de tensión con la Casa Blanca de Donald Trump, Harris presumió de la sintonía que existe entre la Administración de Joe Biden y la de López Obrador en abordar las causas de la migración, en cooperación para el desarrollo y en asegurar los derechos laborales.
“Está claro que vamos a abordar los problemas que impactan la frontera sur de Estados Unidos”, manifestó a la prensa.
En otro anuncio inesperado de la visita, Washington presentó una “asociación para resolver casos de desapariciones en México”, que suman más de 82.000 personas en el país.
Estados Unidos formará a técnicos de laboratorio y a la Policía mexicana en el análisis forense de cuerpos, ayudará a la Comisión Nacional de Búsqueda a “recopilar, mantener y analizar registros” y formará a expertos en genética en “un nuevo sistema para rastrear la información forense”.
La jornada de la vicepresidenta comenzó en Palacio Nacional, donde ella y López Obrador atestiguaron la firma de un memorando de cooperación, que incluye respaldar los programas sociales del mexicano, como Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, en Centroamérica.
Ante la gran diversidad de temas, López Obrador afirmó en sus redes que el “encuentro fue trascendente, benéfico para nuestros pueblos, y muy agradable”.
En tanto, Harris apuntó en su conferencia que los “acuerdos fueron muy tangibles y específicos”.
“¿Declaro este viaje un éxito? Sí lo hago, es un éxito en términos de un camino que es sobre progreso. Hemos sido exitosos en hacer progreso”, sostuvo.
ENTRE URGENCIA Y RAÍCES
La visita de la vicepresidenta ocurre en medio de un flujo récord de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos, donde las autoridades detuvieron a un récord de casi 180.000 indocumentados en abril, de los que más de un tercio eran mexicanos.
Harris, encargada de Washington de abordar la migración, ha recibido ataques del Partido Republicano por no visitar la frontera.
“Sí lo haré (ir a la frontera) y lo he hecho antes. Cualquier persona, especialmente en California, sabe que he pasado mucho tiempo en la frontera, tanto yendo ahí físicamente como en los problemas”, respondió a la prensa.
Pero la exsenadora también ha levantado críticas del ala progresista de los demócratas, quienes la cuestionaron por pedir a los migrantes que “no vayan” a Estados Unidos durante su visita a Guatemala.
“El problema de las causas de raíz no se va a resolver en un viaje de dos días, es un problema de largo plazo, es en muchos casos generacional, no es un asunto nuevo para los Estados Unidos sentir los efectos de ello en nuestros límites”, argumentó.
Antes de partir a Estados Unidos, Harris se reunió públicamente con mujeres emprendedoras en un hotel de Ciudad de México para abordar la paridad salarial, la representación en puestos directivos y el empoderamiento femenino.
Asimismo, se encontró con especialistas laborales y líderes sindicales, a quienes ofreció el apoyo de Washington para defender los derechos de los trabajadores.