Sólo seis niños han obtenido refugio
Solamente seis niños centroamericanos, todos ellos salvadoreños, han recibido la aprobación a su petición de refugio en este país dentro de un programa lanzado hace casi un año por el Gobierno, informó un portavoz del Departamento de Estado.
“Seis menores de edad de El Salvador llegaron el pasado jueves. Son las únicas llegadas hasta el momento”, señaló el portavoz de la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado, Rubani Trimiew.
El Departamento de Estado ha recibido alrededor de 5.000 solicitudes desde que lanzó el programa el pasado diciembre y, hasta ahora, no había llegado al país ningún niño para reunirse con sus padres debido al largo proceso burocrático que requiere el programa de refugiados.
Hasta ahora se han completado 90 entrevistas y para este mes están programadas más de 530, indicó el portavoz del Departamento de Estado.
De las 90 entrevistas, 76 de ellas se realizaron a niños salvadoreños y 14 a hondureños, aunque no todos ellos podrán viajar a Estados Unidos, según el Departamento de Estado.
De los 76 salvadoreños entrevistados, el 14 % de ellos fue aprobado para su admisión como refugiado, el 1 % vio rechazada su solicitud y el 82 % fue recomendado para una entrada “condicional” al país, según fuentes del Departamento de Estado. Ese estatus “condicional” les permite acceder a Estados Unidos por un periodo determinado de tiempo -dos años con posibilidad de renovación en la mayoría de los casos-, pero no les proporciona una vía hacia la residencia permanente.
En el caso de los 14 hondureños, no se aprobó la entrada de ninguno de ellos como refugiados y el 93 % fue recomendado para una entrada “condicional” al país, mientras que otro 7 % será sometido a una revisión adicional. “Es importante recordar que estas cifras no son necesariamente indicativas de las futuras tasas de aprobación o negativa”, destacó el portavoz.
Al adelantar hace dos semanas la llegada del primer grupo de niños, el subsecretario adjunto de Estado de la Oficina de Migración, Población y Refugiados, Simon Henshaw, explicó que, aunque el programa se lanzó hace casi un año, “la mayoría de las solicitudes se han recibido en los últimos cuatro meses”.
El proceso comienza con la solicitud del padre o madre, que debe ser mayor de 18 años de edad y residir de forma legal en EEUU, y que tiene que acudir en persona a una de las decenas de agencias especializadas que se citan en la página web del programa (www.wrapsnet.org/camprogram).
Entre las siete categorías de residencia legal que se aceptan en el programa se encuentra el Estatus de Protección Temporal (TPS) que beneficia a miles de inmigrantes de El Salvador y Honduras, así como el programa de 2012 conocido como DACA, que suspendió las deportaciones de miles de jóvenes indocumentados.
El siguiente paso son entrevistas al menor en su país de origen por parte de funcionarios estadounidenses y, si se aprueba la solicitud, el niño debe superar exámenes médicos y de seguridad, y una orientación cultural antes de viajar al país.
En caso de obtener el estatus de refugiado, los menores tienen derecho a residir legalmente en el país y podrán solicitar, transcurrido cierto tiempo, la tarjeta de residente permanente (“green card”) que otorga el derecho a trabajar y posteriormente la ciudadanía.
El programa es gratuito y los solicitantes no necesitan un abogado, pero sí deben pagar de su bolsillo la prueba de ADN que exige el Gobierno para comprobar la paternidad del menor, aunque se les reembolsará por ello si los resultados son positivos.
Además, el programa se ajusta a la definición de refugiado bajo la ley estadounidense, por la que los beneficiarios deben “demostrar que se les ha perseguido o temen que se les persiga debido a su raza, religión, nacionalidad, opinión política o condición de miembro de un grupo social particular”, según un documento de la iniciativa. Por tanto, no hay garantías de que se conceda refugio a todos los niños que huyen de los altos índices de violencia en la región o de su falta de oportunidades de desarrollo económico, consideradas las principales causas de la migración centroamericana a este país.