Chris Christie se une a la carrera hacia la Casa Blanca

El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, anunció su intención de sumarse a la nutrida lista de candidatos republicanos a las elecciones presidenciales de 2016, un cargo para el que, ahora sí, se siente preparado.

“Estoy listo para luchar en favor de la gente de Estados Unidos”, afirmó Christie, de 52 años, en un acto que encabezó ante un millar de partidarios reunidos en el gimnasio de un instituto de la localidad de Livingston, donde cursó sus estudios.

En un discurso improvisado de media hora y acompañado de su mujer y sus cuatro hijos, Christie, que en 2009 fue elegido como gobernador de Nueva Jersey, remarcó sus orígenes humildes y se puso como ejemplo del buscado “sueño americano”, por el que luchará si es presidente.

“Todos los años que he pasado en este estado me han preparado para este momento. No tengo ni idea de cómo va a acabar este viaje, pero sabemos que solamente en Estados Unidos alguien como yo podría sentarse en la oficina más alta de este país. Solo aquí vemos que una persona puede marcar la diferencia”, aseguró.

Haciendo gala de su particular carisma y personalidad, su principal baza en esta carrera según los analistas, Christie se vendió como un candidato presidencial franco, cercano y directo. “Una cosa es segura -insistió-: pienso lo que digo, y digo lo que pienso, y esto es lo que necesita Estados Unidos”.

Así, el gobernador de Nueva Jersey se definió como un “líder fuerte” con las “orejas y los brazos abiertos”, capaz de escuchar las propuestas de los demócratas si son buenas, pero al que no le temblará la mano al tomar decisiones.

“No nos importa lo que es popular sino lo que es correcto, que es lo que arreglará Estados Unidos”, destacó.

En clave exterior, Christie criticó la “debilidad” del actual presidente, Barack Obama, porque consideró que “en este mundo tan peligroso y aterrador, solo hay una sola cosa indispensable, un estadounidense fuerte que lidere el mundo y que diga a los adversarios que existen límites”.

“Si vamos a liderar nos hemos de dejar de preocupar por ser queridos y empezar a preocuparnos por ser respetados”, aseveró el candidato, que lidia abiertamente con su sobrepeso, vestido con traje oscuro y corbata morada.

Christie reivindicó su tarea al frente del estado de Nueva Jersey, del que a su juicio ha salvado de la “calamidad económica” en el que estaba sumergido antes de su mandato.

Con su candidatura oficializada, ya son 14 los aspirantes republicanos en la lucha por llegar a la Casa Blanca, frente a una carrera demócrata mucho más despejada, con solo cuatro precandidatos hasta el momento.

El nombre de Christie, descendiente una familia católica humilde, lleva sonando con fuerza desde hace tiempo como potencial candidato republicano y hace dos años, después de ser reelegido gobernador de Nueva Jersey, llegó a situarse a la cabeza en las encuestas.

Sin embargo, sus aspiraciones presidenciales se vieron empañadas tras el estallido en septiembre de 2013 de un escándalo político, conocido como “Bridgegate”, en el que se vieron involucrados varios de sus colaboradores más cercanos.

Varios aliados del gobernador ordenaron el cierre parcial del puente George Washington que une Nueva York y Nueva Jersey como medida de represalia política contra un alcalde que se había negado a apoyar a Christie durante la campaña electoral.

El gobernador ha dicho en repetidas ocasiones que no llegó a tener conocimiento de lo ocurrido hasta que el escándalo salió a la luz, pero desde entonces su popularidad ha ido cayendo tanto en Nueva Jersey como el resto del país.

“Va a hacer un gran trabajo en cambiar nuestro país y devolverlo al lugar en que pertenece. Dice lo que le pasa por la cabeza y lo piensa de verdad, y defiende sus valores, eso me gusta. Creo que ha hecho un buen trabajo al frente de Nueva Jersey”, dijo a Efe Scott Churchill, uno de los asistentes al acto de hoy.

Según un sondeo publicado por la cadena de televisión Fox News, Christie solo cuenta con un 2 % de intención de voto entre los electores republicanos, muy lejos del exgobernador de Florida Jeb Bush, con un 15 %.