Demolición “irregular” destruye restaurante de comerciantes latinos
Casi dos semanas han pasado desde que “accidentalmente” fue destruido el restaurante de los hispanos María Rosa y Abraham Rosa Ramos, en la ciudad de Plainfield, y aún no reciben una compensación económica por las pérdidas por parte de la ciudad o la compañía responsable.
María Rosa comenta que el pasado 20 de marzo funcionarios de la ciudad llegaron a su restaurante “Mi Buenaventura”, ubicado en el 131 de la North Avenue, y le informaron que no podía abrir su negocio el sábado 21, ya que iban a proceder a la demolición del edificio adjunto a su local comercial (el 117-125 North Avenue), el cual estaba inhabitado desde que fue destruido por un incendio en diciembre del 2011.
La comerciante hispana argumentó que la demolición estaba supuesta a realizarse el 24 de marzo, según le habían informado previamente a través de una carta escrita fechada el 13 de marzo, y que ella ya había comprando una gran cantidad de alimentos para atender a sus clientes durante el fin de semana. Ellos le aseguraron que sólo iba a tener que cerrar por un día. El domingo 22 podría retomar a su rutina normal en el negocio.
Pero la demolición no sólo acabó con el edificio del 117-125 North Avenue, sino también con el esfuerzo de 32 años de trabajo de María Rosa y su esposo Abraham Rosa Ramos en el restaurante.
Durante la demolición, una de las paredes adyacentes del edificio cayó sobre el techo del restaurante destrozando todo el local. Neveras, cocina, mostradores, mesas, sillas, utensilios, adornos y alimentos, todo quedó destruido. La pareja hispana no pudo salvar nada.
“Al principio la ciudad me dijo que me iban a responder, los concejales dijeron que me apoyaban y que iban a ayudarme a que me paguen por las perdidas. Pero ahora me dicen que no, que la ciudad no se comprometía en nada y que yo tenía que arreglármela con el seguro de la constructora”, afirmó desconcertada la hispana, quien dijo que recientemente contrató un abogado para pelear por sus derechos.
Al cierre de esta edición la hispana aún no había recibido respuestas de la compañía “B and B Demolition Company”, que fue la que realizó el trabajo.
La presidente del Concejo Municipal, la concejal Bridget B. Rivers, había señalado previamente a Reporte Hispano, que su prioridad en este caso es que los dueños del restaurante Mi Buenaventura sean retribuidos por las pérdidas lo más pronto posible. “Este es el sustento de estas personas. Ellos viven del día a día de lo que produce su negocio”, dijo la concejal Rivers.
No obstante, María Rosa afirman que la han dejado sola y nadie ha respondido hasta ahora por los daños que le ocasionaron.
Demolición irregular
Esta demolición en sí ha desatado una crisis dentro de la ciudad por todas las “irregularidades” que han existido a su alrededor.
La demolición fue realizada antes de que el concejo municipal aprobara el contrato y los fondos para derribar el edificio, que se encontraba en ruinas desde finales del 2011.
Los concejales fueron convocados a una reunión el lunes 23 de marzo (dos días después que se hizo la demolición) para discutir la autorización, en carácter de emergencia, de la contratación de los servicios de demolición del edificio, el cual tendría un costo de 250 mil dólares, y el contrato de emergencia para este proyecto se proponía otorgárselo a la compañía de Bienes Raíces, Yates Real Estate.
Esta agencia de Bienes Raíces, por su parte, subcontrato a la compañía “B and B Demolition Company”, que fue la que realizó el trabajo.
En la reunión fue cuestionado por el público el hecho de que la demolición se haya realizado antes de que esta sea aprobada y por los efectos negativos a los negocios adyacentes. Varios concejales también señalaron sentirse desconcertados por esta situación.
“Si había determinado que el edifico representaba un inminente peligro para la población, y que había que demolerlo en carácter de emergencia, porque no se espero que sea aprobada la demolición antes de proceder. El edificio tiene años en esta situación, se pudo haber esperado unos días más para que sea aprobado por el concejo municipal su demolición”, señalo la concejal Rivers en entrevista telefónica.
Ante esta situación, los concejales decidieron no aprobar el contrato para la demolición ni los fondos solicitados para la misma. Esta situación deja a la compañía de Bienes Raíces, Yates Real Estate, sin el pago por la demolición.
La concejal Rivers propuso durante reunión la contratación de un abogado independiente para investigar todo el proceso de demolición. Se espera que esta propuesta sea abordada en la próxima reunión del concejo municipal.
Mientras que los políticos debaten todo este incidente, María Rosa y su esposo Abraham Rosa Ramos cada día que pasa siguen perdiendo dinero y consumiéndose en la incertidumbre por saber cuando le resarcirán todas las perdidas de su restaurante.