Obama recibe a “dreamers” en medio de batalla sobre fondos para inmigración
El presidente Barack Obama recibió a un grupo de “dreamers” beneficiados por sus acciones ejecutivas y reiteró que vetará cualquier ley aprobada por el Congreso que condicione la financiación para el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) a dejar sin fondos a sus medidas migratorias.
Estos jóvenes “son estadounidenses como nosotros y pertenecen aquí”, subrayó Obama tras la reunión, en la que conoció de primera mano las historias de los seis “dreamers”, todos llegados al país de niños porque sus padres buscaban “una vida mejor” para ellos.
A menudo, el debate sobre la inmigración en los círculos políticos de Washington “es una abstracción y no pensamos realmente en las consecuencias humanas de nuestras posiciones”, reflexionó el mandatario.
Los seis jóvenes a los que Obama recibió en la Casa Blanca se beneficiaron del programa ejecutivo de Acción Diferida (DACA), anunciado en 2012 por el presidente, y han evitado ser deportados tras demostrar el cumplimiento de una serie de requisitos.
“DACA cambió mi vida”, explicó Steven Arteaga, residente en Houston (Texas) y que dijo haberse quedado “sin palabras” tras la oportunidad de conocer en persona a Obama.
Con apenas cuatro meses, Arteaga llegó a EEUU procedente de México y ahora, con 19 años, va a ser el primer miembro de su familia en asistir a la universidad. “Yo recomendaría a todos los que califiquen para DACA que no tengan miedo, que apliquen”, alentó el joven.
Los republicanos “no nos quieren aquí”, agregó al señalar que, por ello, lograr que un Congreso de mayoría conservadora como el actual apruebe una reforma migratoria integral es “difícil, pero no imposible”.
Ante la falta de acción en el Congreso para sacar adelante una reforma migratoria, Obama anunció el pasado 20 de noviembre varias medidas ejecutivas que se prevé que beneficien a unos 5 de los 11 millones de indocumentados que hay en el país.
La parte clave de esas iniciativas es la llamada Acción Diferida para Responsabilidad de los Padres (DAPA), que beneficiará a los indocumentados que tengan hijos que son ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes, que demuestren que llevan en el país desde antes del 1 de enero de 2010 y carecen de antecedentes criminales.
Con sus medidas ejecutivas Obama también amplió la DACA, que desde 2012 ha evitado la deportación de cientos de miles de “dreamers” (“soñadores”).
En respuesta a esas acciones de Obama y en medio de la batalla sobre la financiación del Gobierno de final de año, los republicanos consiguieron que el DHS (con jurisdicción en inmigración) recibiera financiación solo hasta el próximo 27 de febrero y no hasta septiembre, cuando concluye el año fiscal.
A finales de febrero el DHS se quedará sin fondos para operar y la cámara baja aprobó en enero un proyecto de ley para financiar a esa agencia que, al mismo tiempo, deja sin recursos a las medidas migratorias de Obama.
Los demócratas bloquearon el pasado martes dicho proyecto en el Senado, algo que volvió a ocurrir el miércoles al presentar otra vez el proyecto los republicanos, que han prometido seguir insistiendo en su presentación.
“Quiero ser lo más claro posible. Vetaré cualquier legislación que llegue a mi escritorio que arrebate oportunidades a estos jóvenes (los “dreamers”) que crecieron aquí y están preparados para contribuir a este país”, insistió Obama.
En la misma línea, la Conferencia de Alcaldes del país, una coalición no partidista, envió una carta a varios líderes del Senado en la que insta a la aprobación de una ley sin condiciones para financiar al DHS.
Tener un DHS “en pleno funcionamiento es crucial para la seguridad de nuestra nación y nuestros ciudadanos”, advierten los alcaldes en la carta.