Antonio Banderas, el pirata en “The SpongeBob Movie”
Antonio Banderas disfruta tocando todo tipo de géneros y ahora suma a su carrera un nuevo título infantil, “The SpongeBob Movie”, donde encarna a un pirata en las antípodas de aquel al que dio vida Johnny Depp en la multimillonaria franquicia “Pirates of the Caribbean”.
“Precisamente lo que queríamos hacer era alejarnos de esa imagen híbrida de Johnny Depp en sus películas: ambiguo, extraño, apoyado en el Keith Richards más canalla, cercano a las drogas y a ese mundo de efluvios”, explicó el actor español desde Nueva York.
“Traté de hacer un pirata muy clásico y para niños, apoyándome en la voz, la actitud y acoplándome a los parámetros de la película: lo que define a Bob Esponja es su carácter infantil y el surrealismo del producto. Desde el momento en que el protagonista es una esponja, desde esa premisa, todo es posible”, agregó.
“The SpongeBob Movie: Sponge Out of Water” se estrenó en EE.UU. el 6 de febrero. La cinta, basada en el fenómeno televisivo de Nickelodeon, es una aventura en 3D que ve cómo Bob Esponja y sus compañeros deben viajar a través del espacio y el tiempo para hacer frente al pirata Burger-Beard (Banderas), en busca de la última página de un libro mágico que le permitirá hacer realidad un plan maquiavélico. De esta forma, el intérprete malagueño toma el testigo de grandes nombres de Hollywood como Errol Flynn, Douglas Fairbanks, Tyrone Power, Burt Lancaster, Charles Laughton o Dustin Hoffman a la hora de encarnar a un bucanero.
“En mi caso fue rarísimo porque estaba completamente solo”, afirmó en alusión a la naturaleza de la película, que mezcla animación con imágenes reales.
Banderas es el único actor de carne y hueso que aparece en la cinta. “Los otros personajes -explicó- no estaban. Había palos que llevaban cruces de distintos colores y se iban moviendo; el rojo era Bob Esponja, el verde era un amigo… Fue muy complicado trabajar así. ¡Un trabajo de chinos!”
“Y ni te cuento -resaltó- con la barba y la peluca. Me pasaba todo el día con el pegamento en la piel y acababa completamente irritado”.
Podría parecer que Banderas le tiene un cariño especial al género infantil tras su amplia participación en las sagas “Spy Kids” y “Shrek”, pero en realidad lo que busca, según explicó, es probar todos los géneros posibles.
“Es a lo que me he dedicado desde mi llegada a EE.UU. He hecho terror, cine social, musicales, acción, aventuras, cine de autor…”, sostuvo.
“El cine infantil lo que sí permite”, recalcó, “es mucha libertad, porque la fantasía de los niños, las posibilidades en sus cabezas, son mucho más amplias”.
El año se presenta interesante para Banderas. Recibirá de manos de Pedro Almodóvar el Goya de Honor por su carrera y, para más adelante, tiene previsto el estreno de “The 33”, sobre los mineros sepultados en un yacimiento de Chile, y “Knight of Cups”, de Terrence Malick. “Las primeras personas que han visto ‘The 33’ le dan un 93 por ciento de recomendación directa. Están entusiasmados”, apuntó el actor, que desveló que, por ahora, se maneja el mes de agosto como posible fecha para el lanzamiento del filme.
Más incertidumbre hay sobre el contenido de “Knight of Cups”, por la inusual forma de rodar de su director y por la cantidad de personajes que se suelen quedar en la sala de montaje de Malick.
“Ahí ha trabajado medio Hollywood”, declaró Banderas entre risas sobre el variado reparto de esa obra. Al menos sabe que aparecerá en el montaje final, porque hace unos meses lo llamaron de la productora para preguntarle si le importaba ser el quinto nombre en el cartel.
“Les dije que por supuesto que no, y me confirmaron que estoy en la película. Maravilloso, aunque no sé si saldré 1,5 segundos o 10 minutos. No creo que sean más de 5 ó 6 porque hice todo en un día. Me han dicho que si reunía todo el material que filmó, la película duraría una semana”, aseveró.
Malick, un amante de la improvisación, no le dio un guión. Solo supo de la existencia de un protagonista (Christian Bale) al que colocaba en múltiples situaciones. Y así se involucró en ese caos creativo que incluía monólogos de nueve páginas con disertaciones metafísicas sobre el Universo y reflexiones mundanas “de cómo cortarse las uñas de los pies”. “Fue una cosa increíble. Un día apasionante de trabajo”.