Menos bebés con defectos congénitos, pero hispanas siguen en riesgo

El número de bebés nacidos con defectos congénitos del tubo neural ha disminuido en Estados Unidos gracias a la fortificación de alimentos con ácido fólico, aunque las hispanas aún continúan siendo uno de los grupos más afectados, de acuerdo con estudios de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

“La prevalencia de los bebés que han nacido con defectos del tubo neural ha disminuido en Estados Unidos desde la fortificación de alimentos en 1998, pero todavía las mujeres hispanas tienen una tasa elevada en comparación con otros grupos étnicos”, dijo Alina Flores, especialista en temas de educación sobre salud de los CDC.



De acuerdo con el estudio, las mujeres latinas tienen un 20 por ciento más de posibilidades de tener un bebé con defecto del tubo neural en comparación con las mujeres blancas no hispanas.



Cada año se dan 3.000 embarazos con bebés afectados por espina bífida o anencefalia, defectos congénitos del tubo neural, causados por el cierre incompleto de la columna vertebral y el cráneo, que se podrían prevenir al consumir ácido fólico antes y después del embarazo.



Desde que se implementó la fortificación de alimentos, que en su mayorías se trata de cereales y alimentos con harina de trigo, el número de bebés nacidos con este tipo de defectos ha disminuido un 35 por ciento en Estados Unidos.



Según datos de los CDC, tomar ácido fólico antes y durante el embarazo puede ayudar a reducir hasta en un 70 por ciento las probabilidades de que el bebé nazca con defectos del tubo neural, como la espina bífida y la anencefalia. “La clave de nuestro mensaje es que todas las mujeres en edad reproductiva tomen ácido fólico para prevenir estos defectos y más entre las mujeres hispanas, que tienen más probabilidades de tener bebés con estos defectos graves”, dijo la experta.



Las autoridades sanitarias recomiendan que toda mujer en edad reproductiva tome 400 microgramos de ácido fólico todos los días para ayudar a prevenir este tipo de defectos congénitos.



Estudios previos han encontrado que las latinas tienen menos probabilidades de ingerir alimentos fortificados con ácido fólico, así como a estar informadas sobre la importancia de tomar vitaminas que contengan ácido fólico antes y durante el embarazo.



De acuerdo con Flores, esto es de especial importancia debido a que muchos de los embarazos en Estados Unidos no son planeados y para cuando las mujeres se dan cuenta de que están embarazadas ya es muy tarde.



“Estos defectos se forman en las primeras tres semanas del embarazo y muchas veces la mujer no sabe que está embarazada y después puede ser muy tarde para prevenir estos defectos de nacimiento”, indicó.

Es por ello que varias organizaciones llevan a cabo esfuerzos ante la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para que la harina de maíz, que es consumida en mayor proporción en la comunidad latina, sea fortificada con ácido fólico al igual que la de trigo.



“Hay esfuerzos para fortificar la harina de maíz pero no tenemos nada todavía, aunque hay muchos cereales que si están fortificados con ácido fólico y que son populares en esta comunidad”, aseveró Flores.