Intruso de la Casa Blanca tiene raíces en Puerto Rico

Omar González, el exmilitar que brincó el viernes en la noche la verja de la Casa Blanca y llegó casi hasta la puerta de la mansión ejecutiva, tenía como domicilio Puerto Rico cuando se enlistó en el Ejército.

La querella criminal indica que González vivía en Puerto Rico cuando ingresó en 1997 al Ejército. Entonces fue asignado a la Cuarta División de Infantería del Fuerte Hood en Texas.

González será llevado hoy a un tribunal federal en Washington para una vista preliminar.

González, de 42 años y cuyo última residencia estaba en Copperas Cove, Texas, se enfrenta a cargos de ingresar ilegalmente a un edificio o terreno restringido con un arma letal o peligrosa.

El Ejército dijo que González se enlistó en las fuerzas armadas en 1997 y permaneció activo hasta que cumplió su servicio en septiembre de 2003. Se volvió a enlistar en julio de 2005 hasta diciembre de 2012, cuando se retiró debido a una minusvalía.

El Servicio Secreto estrechó su vigilancia en el exterior de la Casa Blanca tras la bochornosa intrusión del viernes en uno de los edificios más protegidos del mundo. A González se le acusa de escalar la cerca del perímetro de la Casa Blanca, cruzar corriendo el jardín y entrar en la mansión presidencial antes de que los agentes lo detuvieran.

El presidente, Barack Obama, se encontraba fuera en ese momento, al igual que su familia.

La directora del Servicio Secreto, Julia Pierson, ordenó aumentar la vigilancia y el patrullaje de agentes en la residencia presidencial mientras la entidad investiga qué falló.

Además, se está considerando establecer controles de seguridad cerca de las áreas públicas del edificio, indicó el domingo a la Associated Press una fuente de las fuerzas de seguridad, que insistió en guardar el anonimato al no estar autorizada a comentar deliberaciones internas.

El fallo de seguridad provocó una poco común evacuación de buena parte de la Casa Blanca. Los agentes del Servicio Secreto desenfundaron sus armas mientras guiaban a empleados y periodistas fuera del Ala Oeste a través de una puerta lateral.

En un principio, las autoridades dijeron que el hecho de que González pareciera estar desarmado había sido un factor en que los agentes sobre el terreno no disparasen ni soltaran perros para perseguirle antes de que entrara en el edificio. Pero una demanda penal presentada el viernes por la noche reveló que González portaba una pequeña navaja plegable con una hoja serrada de 3.5 pulgadas cuando fue detenido.

Jerry Murphy, cuya madre estuvo casada con González durante varios años, dijo que González padece trastorno por estrés postraumático (PTSD, en inglés) y que necesita tratamiento, no ser tratado como un delincuente. Señaló que González ha estado manejando por el país y viviendo en su camión durante el último par de años y que siempre tiene la navaja con él. Murphy dijo que no creía que González pretendiera hacer daño a nadie.

Por su parte, Samantha Bell, ex esposa de González y madre de Murphy, dijo que ella y González se habían casado en 2006 y vivieron juntos en Copperas Cove, cerca de Fort Hood, hasta que se separaron en 2010 debido al empeoramiento del estado mental de él. Después de su segundo despliegue en Irak, González comenzó a llevar todo el tiempo una pistola calibre .45 y mantenía detrás de las puertas de su casa tres o cuatro fusiles y escopetas, dijo Bell, quien se volvió a casar y vive ahora en el sur de Indiana.

Menos de 24 horas después del arresto de González, un segundo hombre fue tomado bajo custodia después de que manejara hasta una puerta de la Casa Blanca y se negara a marcharse, indicó el portavoz del Servicio Secreto Ed Donovan. Artificieros con equipación completa registraron el vehículo mientras los agentes cerraban brevemente las calles aledañas.

El domingo, el portavoz del Servicio Secreto Brian Leary identificó al hombre como Kevin Carr, de 19 años y procedente de Shamong, Nueva Jersey.

Los incidentes, que no parecían relacionados, intensificaron el escrutinio sobre el Servicio Secreto, que está luchando por limpiar su imagen tras una serie de acusaciones de mala conducta por parte de agentes en los últimos años, incluyendo agentes en el equipo de Obama.