Vacuna experimental contra el dengue

La vacuna contra el dengue que desarrolla la farmacéutica francesa Sanofi ha mostrado una eficacia del 60,8 por ciento en las pruebas con niños y adolescentes practicadas en América Latina, y es efectiva contra los cuatro serotipos de la enfermedad, informó la empresa.



Sanofi Pasteur, la división de vacunas de la compañía, explicó que 20.875 niños se sometieron a un estudio en el que de forma aleatoria unos obtuvieron tres dosis de la vacuna y otros un placebo, en intervalos de seis meses.



Los niños residen en zonas de Brasil, Colombia, Honduras, México, y Puerto Rico donde el dengue es endémico.

El resultado demuestra una reducción del 60,8 por ciento de los casos de dengue en los niños de 9 a 16 años que obtuvieron la vacuna.

Asimismo, mostró ser efectiva contra los cuatro serotipos que existen de la enfermedad, y contra la versión hemorrágica, la más grave.


Por serotipos, la vacuna ha demostrado una eficacia del 50,3 % (ST1); del 42,3 % (ST2); del 74 % (ST3), y del 77,7 % (ST4).



La persona que ha contraído y enfermado con un serotipo queda inmunizada para éste, pero no para los otros tres.

Además, ha quedado comprobado que la segunda vez que se contrae la enfermedad ésta es más grave que la primera, y así sucesivamente.



Asimismo, el estudio ha demostrado una reducción del 80,3 por ciento del riesgo de hospitalización, “demostrando el eventual impacto sobre la salud pública”, destaca el comunicado de la compañía.



Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los últimos 50 años el dengue se propagó de nueve a un centenar de países y su incidencia mundial aumentó 30 veces, convirtiéndose en la enfermedad vectorial de más rápida propagación.



Actualmente, casi la mitad de la población mundial vive en países donde el dengue es endémico, y más de 390 millones de personas en el mundo lo padecen cada año -500.000 de ellos sufren la versión más grave- cuando hace medio siglo sólo se registraban 15.000 casos en nueve países del sudeste asiático.



En América, el número de casos se multiplicó por cinco la última década, pasando de 517.00 registrados en 2003 a los 2,3 millones detectados en 2013, una cifra sin precedentes.



“Los resultados de esta fase III en Latinoamérica son muy alentadores porque son consistentes con los resultados del estudio fase III en Asia. Juntos, los resultados sugieren que por primera vez está en el horizonte una vacuna que puede ayudar a controlar el dengue”, afirma, citado en el comunicado, Duane Gubler, presidente de la Asociación Control del Dengue.



En total, 40.000 niños de 15 países se han sometido al estudio.

La tasa de mortalidad del dengue es del 2,5 por ciento, relativamente baja si se compara con otras enfermedades, como el ébola, que pueden llegar al 90 por ciento.

Pero las consecuencias para la economía de las familias y de las naciones son catastróficas.



Según los cálculos de la Federación Internacional de la Cruz Roja, el impacto económico del dengue en América se eleva a 2.100 millones de dólares anualmente.



Las causas de la rápida expansión de la epidemia son varias: el cambio climático ha contribuido a que el mosquito transmisor (el Aedes aegypti), que originalmente se reproducía en zonas tropicales, viva ahora en zonas menos cálidas, donde antes no existía.

Pero, sobre todo, el aumento de los viajes y del comercio internacional ha facilitado que el mosquito se traslade con gran rapidez.



Las larvas y los mosquitos adultos se desarrollan en aguas estancadas, tanto en grandes reservas como en estanques o ríos, así como en pequeñas charcas, macetas o jarros, por lo que se reproducen por igual en zonas rurales deprimidas y en áreas urbanas.

Una particularidad del mosquito del dengue es que pica de día -al contrario que el que inocula la malaria, que lo hace sólo de noche- con lo que las oportunidades para infectarse se incrementan.

La OMS ha establecido como objetivo reducir la mortalidad del dengue en un 50 por ciento y su morbilidad en al menos un 25 por ciento antes de 2020.