Salvadoreños impulsan a sus artistas

Gery Vereau

Reporte Hispano

La comunidad salvadoreña hizo un alto en sus afanes laborales, preocupaciones por el TPS o su futuro en ésta nación, para darle un punto de apoyo a uno de los suyos.

 

El escogido fue el pintor Germán «Gee» Pérez, de 31 años de edad, a quien se le brindó un tributo público, a cargo del consulado de el Salvador en Nueva Jersey y Delaware, y el alcalde de la ciudad de Union City, Brian P. Stack y la Junta de Comisionados de esa ciudad, en el Centro Cultural William V. Musto.

 

Gee lleva en las alforjas, desde el 2013, ya 14 exposiciones, y es apadrinado por la Colectiva de Arte del Condado de Hudson.

 

La exposición que presentó muestra cómo la paleta del pintor pasa del boceto al blanco y negro y el color dejando una estela muy personal, en dos decenas de cuadros.

 

En sus pinturas la mujer, el terruño, Nueva York, son los personajes que le permiten expresar, en el retrato y el cuerpo, aún, en el paisaje y el tradicional bodegón, inquietantes estados de ánimo propios o compartidos.

 

Amado Mora, curador e impulsor de La Colectiva de Arte Latinoamericana del Condado de Hudson, ve en el salvadoreño una promesa para la pintura Latina de Ultramar.

 

“El joven fue admitido en la colectiva como una razón para impulsar el arte de los hermanos salvadoreños, así como de todas las nacionalidades que participan con nosotros, le auguramos un futuro promisorio, que no ceje en su empeño,” dijo Mora.

 

 

La cónsul de El Salvador, Ana Lorena Siria de Lara, lo comprometió a seguir desarrollando su oficio. “Tienes la enorme responsabilidad de construir patria, a partir de tu hermoso arte,” le dijo.

 

Durante la exposición también se contó con la participación de grupos de danzas y música. La bailarina Adrianne Domínguez, del grupo folklórico Cuscatlán, deleitó a los presentes con el baile nativo «Los Chales», transmitiendo candor y elegancia, a la vez que regalaba un espectáculo notable en el folklore: las diferentes formas de doblar el chal tomando diferentes usos en el atavío, al ritmo de la marimba.

 

Otra pieza, que Adrianne, salvadoreña-americana, contó que fue a aprender al país de sus padres, fue La Panchita, cuya candencia suave habla de un país alegre y pacífico, y hasta delicado, a contracorriente de las imágenes de violencia que a veces nos sirven los medios de comunicación.

 

La velada tuvo otras interpretaciones notables como la de Valeria García con el “Prelude No 1” de Bach; con Leslie Carias en la interpretación de “La Sonatina Opus 36 No 1” de Muzio Clementi; la de Camila Sierra con “Jingle Bell” de J. Pierpont; Erick Cruz con “God is so Good” de Paul Makai, que le dieron un viraje a lo clásico, del nivel popular y de música culta.

 

Completaron la parte musical los duos de Ronald Carias y Ansy Francois, Ruby Jurado y Carol Escobar, que dibujaron, si la música pudiera dibujar, la noche de una atmósfera cosmopolita y latinoamericana, respectivamente.

 

Sin olvidar que Lily Sánchez, cantante y poeta, de palabra franca y suelta, interpretó con gran acierto “Alfonsina y el Mar”, quien recordó a los padres presentes que “todos quieren que sus hijos sean ingenieros, médicos, abogados, pero recuerden que el arte salva al pueblo”.