Sech alcanza el éxito con raíces de ritmos panameños

Ruth E. Hernández Beltrán / EFEUSA

El cantante Sech, que se ha convertido en un fenómeno en la música urbana y que en un año ha colaborado con estrellas del reguetón como Maluma, Nicky Jam o Farruko, considera que el éxito de su música es la fusión de géneros con diversos sonidos de su natal Panamá y haber trabajado duro por sus sueños.

“Creo que he comenzado a lograr mis sueños. Pero aún falta mucho”, dice con humildad Carlos Isaías Morales, de 25 años, conocido como Sech, cuyas últimas canciones acumulan cientos de millones de reproducciones en plataformas digitales y con el que los artistas urbanos buscan colaborar.

El cantante, que compone sus temas, cree que el mercado urbano se ha sentido atraído por su propuesta porque es una fusión de lo urbano con el reggae, el R&B o el dancehall con géneros panameños.

“Lo han recibido bien, siento que tiene lo que gusta pero suena diferente a lo que se estaba haciendo”, comentó Sech, que en la iglesia a la que asistía con su familia aprendió a tocar el piano, la guitarra, el bajo y la batería, donde también cantaba.

“Quiero que la gente se sienta identificada con lo que escribo, que escuche una canción y diga ‘él sabe que eso me pasó, conoce mi sentir’ y siento que eso ha llegado mucho”, indicó.

Luego de haber logrado algunos éxitos en Panamá, sus temas “Miss Lonely” y “Lo malo” captaron la atención del mercado internacional y comenzaron las colaboraciones que han llevado su carrera a la cima.

El remix de “Qué mas pues”, el primer sencillo que se promocionó de su álbum debut “Sueños”, contó con Maluma, Nicky Jam, Farrucko, Justin Quiles, Dalex y Lenny Tavarez y superó los siete millones de visitas en YouTube a solo cuatro días de su lanzamiento.

Para “Otro trago”, también incluido en el álbum, tuvo como invitado a Darell, sencillo que comenzó a escucharse el pasado 19 de abril, día en que se lanzó su disco “Sueños” y la pasada semana le siguió el remix del tema, al que se unieron Ozuna, Nicky Jam y Anuel AA.

En su versión original con Darell, “Otro Trago” cuenta con más de 270 millones de vistas en YouTube y tiene más de mil millones de reproducciones combinadas entre las diferentes plataformas digitales, según datos de su agencia de prensa.

“Les gustó lo que estaba haciendo, pero primero surgió una amistad” con los artistas urbanos, afirmó Sech, que nació en Río Abajo, localidad ubicada en Ciudad de Panamá, en el hogar de una familia religiosa.

Desde pequeño sintió atracción por el género urbano que conoció de los pioneros en su país como El General y luego de estrellas en Puerto Rico como Daddy Yankee o Don Omar.

“Eso fue lo que me impulsó. Comencé solo como productor” a los 16 años, dijo. Hasta que varios años más tarde se lanzó como cantante, no sin haber trabajado muy duro en varios oficios para alcanzar sus sueños, razón por la cual llamó así a su primer disco.

A los 18 años dejó su hogar porque su familia quería que se concentrara en sus estudios, lo que le llevó a ser desde obrero de la construcción hasta vender “hot dogs” para comprar el equipo que necesitaba para hacer música, dice con orgullo.

“Como todo joven quería ser escuchado en las emisoras de radio, pero, quería estar yo en un auto y que hubiera otra persona en otro coche escuchando mi música, y también se me dio gracias a Dios”, dijo al recordar entre sonrisas esa primera vez en Panamá.

“Lo estamos logrando, sí se puede, después de tantos años”, pensó en aquel momento para revelar que “soñaba” con que lo “conocieran en diferentes lugares del mundo… el Grammy”.

“Faltan los premios, quiero hacer tantas cosas, quiero hacer hasta películas”, dijo.

Sech, a quien la revista Forbes calificó este año como “lo próximo más grande a nivel urbano”, fue nominado al premio la Nueva Generación Urbana en los pasados Premios Juventud y aunque no ganó tuvo una destacada presentación, según medios locales.El panameño, que realizó en agosto una corta gira en EE.UU. para presentar su álbum, tras haber estado en Latinoamérica, Puerto Rico y España, aseguró   que el infinito es el límite.