Los capitanes del Real Madrid y Barca en el PSG
Antonio Torres del Cerro / EFE
En su anhelo por conquistar la Liga de Campeones, los dueños catarís del París Saint-Germain (PSG) han asestado un duro golpe al Real Madrid y el Barcelona, dos de los representantes de la nobleza europa. Sus respectivos capitanes hasta hace poco, Sergio Ramos y Leo Messi, han recalado a las orillas del Sena.
Antes enconados rivales, hoy compañeros, ambos jugadores suman juntos 8 Ligas de Campeones, repartidas a partes iguales, cuatro el exmadridista (2014, 2016, 2017 y 2018) y cuatro el antiguo culé (2006, 2009, 2011 y 2015). Justo la experiencia que busca la dirección catarí para conquistar un título que acariciaron en 2020 (finalistas ante el Bayern Múnich).
“El club y su visión responden perfectamente a mis ambiciones. Sé hasta qué punto los jugadores y el staff son talentosos aquí. Estoy determinado a construir, con ellos, algo grande para el club y los hinchas”, dijo Messi, de 34 años, en unas declaraciones difundidas por el club.
El español Ramos, de 35 años, y el argentino Messi, de 34, han aterrizado en el Parque de los Príncipes como agentes libres. Los contratos de ambos vencían este 30 de junio y ninguno de los dos llegó a un acuerdo con sus respectivas direcciones. De alguna manera, dos leyendas llegaron a París gratis.
En el caso del exmadridista por un desacuerdo sobre el tiempo de la renovación y en el caso del antiguo número 10 del Barca por las penurias financieras del club catalán.
Los dos se emocionaron en sus despedidas. Ramos estuvo 16 cursos en el Bernabéu; Messi, 17 en el Camp Nou. El primero lo capitaneó seis años y el segundo, tres. Ramos aún no ha debutado con el PSG por problemas físicos; Messi podría hacerlo de inmediato.
Además del golpe deportivo que supone para el Real Madrid y el Barcelona la pérdida de sus líderes, el PSG cuenta con las ganancias que ambos fichajes implican. Van a atraer nuevos contratos de televisión, de imagen y de mercadotecnia.
Para el presidente del PSG, el catarí Nasser Al-Khelaifi, “la llegada de Leo al seno de un equipo de clase mundial confirma la pertinencia y el éxito de nuestra política de contrataciones”.
Desde que en 2011 comprase el PSG -un club con sólo 50 años de historia-, los catarís han sido inflexibles en su proyecto de levantar la Orejona.
Quieren a los mejores jugadores, cueste lo que cueste. Neymar es ejemplo de ello. Hace cuatro años el brasileño partió precisamente de Barcelona rumbo a París previo pago de 222 millones de euros, transferencia récord en el fútbol mundial.
En el mismo año, se hizo con el joven portento Kylian Mbappé, adelantándose a varios gigantes europeos, entre ellos el Real Madrid y el Barcelona. Pagaron 180 millones al Mónaco para fichar al internacional francés.
Tampoco han sido condescendientes a la hora de conceder un traspaso a sus jugadores, aunque se quieran marchar. El PSG de Nasser Al-Khelaifi frenó un regreso al Barca de Neymar en 2019 y una marcha del italiano Marco Verratti en 2017, también al Barca.
El PSG no escatima en esfuerzos para tener contentos a sus jugadores. El fondo catarí que controla el club es casi ilimitado.El salario medio del plantel ronda los 8 millones de euros anuales, con Neymar liderando el ránking con 35 millones limpios hasta hoy. Messi pasa a ser el mejor pagado de la plantilla (unos 40 millones por temporada), según la prensa local.