Pete Bonet narra la historia del nacimiento de la Salsa de Nueva York

Pete Bonet, puertorriqueño y ahora residente en Rahway, Nueva Jersey, uno de los músicos legendarios de la salsa que vivió y protagonizó los momentos mas gloriosos de un ritmo que irradió desde Nueva York al mundo, cuenta la historia de esos días en el libro “Mi verdadera historia en la salsa”.

El libro ha comenzado a distribuirse éste año, aunque se presentó en abril de 2017 en Puerto Rico no se pudo imprimir en la isla por falta de luz eléctrica, debido a que el huracán María, de septiembre del mismo año, la dejó a obscuras.

Jorge Leuregro, un peruano que trabajó con la orquesta de la Fania, y con Ralph Mercado, en la logística de los conciertos salseros de los 80, dice, para los que no lo saben, que Bonet ha trabajado con grandes cantantes como Tito Puente, El Rey del Timbal, y Celia Cruz.

“Fíjate que un sábado atrás, Héctor “Pichi” Pérez, cantante de la Sonora Ponceña, en un evento aquí en Nueva Jersey, caminaba rumbo al escenario y cuando vio a Bonet cambió de rumbo y se fue directamente a pedirle la bendición antes de cantar” dijo Leuregro. “Para que un puertorriqueño y cantante le pida la bendición alguien tiene que haber un respeto grande. Es como pedirle la bendición a su padre.”

Bonet presentó su libro, el sábado último, en el festival puertorriqueño de Paterson, y adelantó a Reporte Hispano algunos detalles del contenido, como el origen de la salsa.

En Cuba – dice Bonet- nació el guaguancó, el mambo, el cha-cha-cha, mientras que el son montuno lo hizo en Puerto Rico. Y en los años 80, en Nueva York habían dos lugares donde esta música se tocaba con gran suceso, primero en El Paladium, que cerró, y luego El Corso night club, que llegué a administrar.

“Entonces, a El Corso (ubicado en esos años en el 87th St entre la 2da y 3era avenida de Manhattan), acudía mucho anglosajón, que tenían dificultad para pronunciar el nombre de los diferentes ritmos. De manera que le pusimos salsa, que era más fácil pronunciar para ellos,’ dice.

Sobre esto hay polémica, hay quienes atribuyen al célebre dominicano Johnny Pacheco, la autoría del termino (ver Wikipedia), pese a todo, o sobre todo, la salsa debe su fuerza a los puertorriqueños que la hicieron popular en Nueva York.

Henry Ayala, un periodista que se especializa en el mundo de la salsa, afirmó que el mismo Jhonny Pacheco le dijo en una entrevista que el término se inventó para hacerla más fácil de ser reconocida.

“Y tienen razón porque decir música afrolatina-caribeña-antillana, como lo hacían algunos, es muy poco práctico,” expresó.

De Nueva York, en un abrir y cerrar de ojos, la salsa viajó por todo el mundo. “Se trasmitió como un catarro. Ahora los bailan los chinos y los japoneses. Hay escuelas de baile en Rusia y en Alemania, por ejemplo”.

Bonet dice que escribió el libro para aclarar algunas inexactitudes sobre el tema.

“Por ejemplo, una vez fuimos a tocar a Venezuela, y una vez allá nos compraron todos los instrumento. El bajista vendió el bajo con el amplificador, el timbalero vendió los timbales con los palitos, porque no los había allá. Y decían que  un venezolano inventó la salsa. !Hay bendito! Como van a decir eso, si ni los instrumentos tenían,” sostiene.

Toda la historia comenzó en El Corso, uno de los lugares, después del Paladium, donde la música tropical latina se puso de moda.

Relata que su hermano Julio le comentó que había un lugar, llamado Round Table, donde podían tocar música.

Y se fueron para allá.  “Cada domingo se presentaba Ray Barretto, que cantaba entre otros éxitos

“Llanto de Cocodrilo” , y se presentaba con Johnny Pacheco, la orquesta Novel, con la orquesta Broadway. Un lleno total. El precio de la entrada era cinco dólares por persona, con derecho a dos tragos,” dice

“Para esto el dueño de El Corso (propiedad de Tony Raimone’s N.R.) venía todos los domingos y me decía: Bonet vamos a hacer negocios, yo tengo un local bonito, podemos hacer dinero, y yo le decía no tengo tiempo. Hasta que comenzaron los problemas en el local” anota.

Ya habían cerrado el Paladiúm y estaban a punto de echarlos de Round Table de modo que estaban ansiosos por encontrar un nuevo escenario.

“Al llegar allí me quedé sorprendido, me dije esto es como el Paladium: en un sólo piso cabían 1,500 personas. Y entramos a hacer shows los días miércoles, viernes, sábado y domingo. Invertí mi dinero en El Corso y le di trabajo a nueve orquestas cada  semana,” anota.

Bonet dice que la salsa, como el merengue, nunca van a desaparecer, porque es un ritmo único para bailar. Insiste que el ritmo se mantiene vivo con las nuevas generaciones de salseros como Marc Anthony, Guillermo Santa Rosa, Tito Nieves o Viti Ruiz.

El libro cuenta., además, como enfrentó a la mafia italiana en el convulso Nueva York de los años 80, el momento en que tuvo que reemplazar en un concierto a un agonizante Tito Rodríguez,  considerado el mejor capítulo del libro por su editora Carmen Mirabal, entre otras historias.

El libro se puede encontrar en formato digital en sinpapelysintinta.com los interesados pueden llamar también al (787) 410-8628.