De los nervios a la emoción en el homenaje a Juan Gabriel

EFEUSA

En pocos minutos, los nervios de la espera dan paso a la más pura emoción; el caminar acelerado delante de las cenizas del cantante y compositor Juan Gabriel, en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, no impiden que los seguidores conviertan esos breves momentos en inolvidables.

La llegada de las cenizas del artista la tarde del lunes pasado convirtió al icónico edificio de la capital mexicana en un hervidero de sentimientos, cánticos e imágenes del conocido como Divo de Juárez, fallecido el 28 de agosto en su casa de Santa Mónica (California, Estados Unidos).

Después de horas de espera en la fila que serpentea entre la Alameda, aledaña al Palacio, los seguidores aguardan que pasen los últimos instantes para entrar en el edificio, a menudo protegiéndose del sol con periódicos o fotografías de Juan Gabriel.

Marisol, una de los millones de fanaticos del cantante, se debatía entre los “nervios y la tristeza”. A ella sus padres le pusieron su nombre por la canción de Juan Gabriel llamada “Marisol”, y “desde chiquita” le inculcaron el amor por su música, el mismo que ahora ella transmite a sus hijos.

Varios de los miles de asistentes decidieron saltarse su jornada laboral para homenajear al cantante, como reconocen tanto Marisol como Claudia, otra fan de Juan Gabriel, que augura antes de entrar que “allá dentro las emociones van a ser fuertes”.

Al pasar las puertas del Palacio, una fotografía de gran tamaño de Juan Gabriel con los brazos abiertos hacia su público acoge las ofrendas de los seguidores.

Son flores, en su mayoría rosas de color blanco, que se amontonan a los pies de la imagen.

También se han dispuesto allí algunas de las coronas florales, entre ellas las enviadas por otra leyenda de la música mexicana, Vicente Fernández, así como la de su hijo Alejandro.

El reguero de personas, finalmente, conduce al vestíbulo del Palacio, en el que se dispuso la urna con las cenizas de Juan Gabriel; a sus pies, los seguidores dejaron más flores y globos.

Los mariachi, situados en la escalinata, interpretan reconocidos temas del artista, y sus gritos despiertan los aplausos.

Una gran parte de sus admiradores aprovechan los pocos segundos en los que pueden detenerse frente a las cenizas para alzar su teléfono móvil y tomar una imagen del momento.

A la salida, Irma dice que en el adiós a su ídolo sintió “escalofrío y emoción”.

Asegura que con el fallecimiento de Juan Gabriel siente que “murió alguien muy querido”, como cuando perdió la vida su madre.

“No dejan estar mucho tiempo, pero pude decirle adiós, decirle que lo amaba”, asevera Irma, llegada del central Estado de México.

Otra seguidora, Telma, señala que tuvo un sueño con el artista, en el que la abrazaba y le decía “princesa, eres mi ahijada”; Ana María, llegada desde Veracruz, se arranca a bailar “El Noa, Noa” de manera espontánea, demostrando la alegría que Juan Gabriel le transmitió con su música y sus conciertos.

Simbolizando la capacidad de Juan Gabriel para llegar a todas las generaciones, Mercedes sale del Palacio acompañada por su hermana y el nieto de esta, de 15 años.

Su hijo se llama Juan Gabriel, en honor al cantante. Por este motivo y aunque lo extrañe, el artista seguirá estando muy presente para ella, y espera que con el resto de mexicanos pase igual y “no lo olviden”.