Nueva novela policial “a la peruana” pinta de cuerpo entero la corrupción en el Perú
Luis Fernando Cueto, autor peruano nacido en Chimbote, que actualmente reside en Alemania, le pone pantalones largos a la novela policial peruana con “Cosecha de Tiburones”, una novela a punto de salir a las calles.
Con una obra novelística sólida, a publicado siete novelas y esta es la primera de corte policial, basada en parte de su experiencia en la ex Policía de Investigaciones del Perú (PIP) y testimonios recogidos en juzgados y las cárceles del Perú, retrata en “Cosecha de Tiburones” cómo la política peruana desciende a los bajos fondos, en maridaje con elementos del hampa, pero acota, que, felizmente, aún hay espacio para la esperanza.
“Yo siempre tengo esperanza en el Perú, en todos mis libros soy crítico, atisbo los movimientos sociales que ocurren, pero de alguna manera siempre atisbo una luz de esperanza. Uno de mis libros, por ejemplo, se llama ‘Ese Camino Existe”. Creo que ese es un camino sobre para los jóvenes, porque una nación no puede perder la esperanza, la proyección al futuro. El día que se acabe esa proyección y esa esperanza se acaba la nación”
Cueto construye una obra de ficción, con muchos hechos reales, desde un caso particular: el ascenso y declive del presidente de la región Ancash, César Álvarez, quien mal manejó y dilapidó cerca de mil millones de dólares del Canon Minero. Álvarez, actualmente en prisión, fue el primer condenado por el caso de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht, el más grande de América Latina, iniciado por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
El caso de Álvarez es paradigmático: se alió con el hampa, policías corruptos y prensa corrupta para asesinar a sus enemigos y tener el poder absoluto en su región, y este le sirve al novelista para retratar cómo la sociedad peruana está presa de la corrupción, y los mecanismos que cristalizan esa corrupción.
Sin embargo, esa esperanza de la que habla su autor, se manifiesta en el ejercicio profesional de dos policías, dos antihéroes: Diamantino Rojas y Virgilio Chacaliasa, que logran mandar a prisión al político y su corte.
El autor, advierte desde el inicio de la obra, con bastante ironía que “Los personajes y hechos de esta novela son productos de la ficción. Sin embargo, si alguno de ellos se parece a una persona o a un hecho real, no es casualidad; es la pura verdad.”
La novela se inscribe dentro de novelas del género como “¿Quién Mató a Palomino Molero?” de Mario Vargas Llosa o “Abril Rojo”, de Santiago Rocangliolo, entre otras, con la particularidad que el lenguaje empleado para transmitir la materia literaria, usado por primera vez en una obra de ficción de este género, se remite al habla del hampa común.
Pero, ojo con esto, la técnica literaria del autor y la cultura del mismo, hace que este uso no constituya una simple página roja policial: amerita reconocerle el valor de una lectura amistosa, domesticando las aguas bravas del caló gangsteril, sin por ello dejar ser interesante y cautivante, como el mejor Thriller de acción.
Dicho esto, en toda la novela policial escrita en el Perú, nunca se han preocupado por rescatar el lenguaje del hampa, del sistema judicial- y en su esencia una novela es un artefacto construido con palabras- por eso es que los editores españoles hablan que esta es la primera novela policial “a la peruana” que han podido leer.
“Yo he tenido una experiencia de vida, porque he pertenecido a la PIP por diez años, he sido abogado, y para la novela he visitado hasta las cárceles para documentarme de los personajes, por eso es que he podido poner en ésta novela ese grado de credibilidad con el lenguaje. En último caso la opinión de los lectores, será la que dirá en qué grado lo hemos conseguido,” dice el escritor.
“Cosecha de Tiburones” no es la clásica novela policial a lo Sherlock Holmes o Agatha Christie, donde se resuelve un enigma o se encuentra al asesino. Tampoco es el policial estadounidense a la norteamericana tipo Hardboiled, donde son policías rudos que se enfrentan a todos y al final son casi héroes, apunta.
“En el policial Latinoamericano, es distinto: hay antihéroes” dice Cueto. “No hay que resolver un enigma: quién es el autor del delito: aquí sabemos quien es el corrupto. Lo difícil es llevarlo a la justicia, y lo más difícil, casi imposible, es restituir un orden ciertamente justo, porque todo está contaminado”.
Con una obra literaria extensa, de poesía, cuento, ensayo y novela Luis Fernando Cueto es un escritor consagrado: otras novelas del autor, entre varias, son: “El Diluvio de Rosaura Albina” (2014), “Ese Camino Existe” (2012), ganadora del premio Copé de Oro de Novela (2011), “Balada para Los Arcángeles” (2019).
“Cosecha de Tiburones” estará pronto disponible en la editorial Bunker Books para España y para USA, y en la casa editorial Trascender para el Perú