EE. UU. “necesita” regularizar a trabajadores del campo y les debe “respeto”

Lucía Leal / EFE News

Proporcionar una vía a la ciudadanía a los trabajadores del campo de Estados Unidos es “necesario para la agricultura” y la economía del país, que le debe “respeto” a los migrantes que recogen sus frutas y verduras, según el secretario de Agricultura estadounidense, Tom Vilsack.

En una entrevista con Efe, Vilsack también reveló que ha contactado a Brasil y México para proponerles una estrategia agrícola común, que sirva como “alternativa” y contrapeso a la iniciativa de la Unión Europea (UE) conocida como “De la Granja a la Mesa” (Farm to Fork, F2F).

El titular de Agricultura del Gobierno del presidente Joe Biden habló además sobre las relaciones comerciales con México y China, y sobre la voluntad de España de que Washington retire los aranceles del 35 % a sus aceitunas negras.

PREGUNTA: La pandemia ha obligado a prestar atención al papel que tienen en la economía los trabajadores agrícolas indocumentados. ¿Es urgente que el Congreso apruebe un proyecto de ley con un camino hacia la ciudadanía para los trabajadores agrícolas migrantes, y por qué?

RESPUESTA: La Ley de Modernización de la Fuerza Laboral Agrícola (que proporcionaría una vía a la ciudadanía a los trabajadores agrícolas indocumentados y sus familiares) es un paso increíblemente importante que tenemos que tomar, y que incluso ya se debería haber tomado. Brindaría una oportunidad para que estas personas que trabajan tan duro tengan la capacidad no solo de salir de las sombras, sino de poder viajar a sus países de origen, lo que es igual de importante.


He tenido la oportunidad de visitar a varios de los trabajadores extranjeros y es realmente trágico escuchar las historias de estas personas que han venido a los Estados Unidos para trabajar duro, que reservan una parte significativa de sus ganancias y las envían a su familia, pero que no pueden regresar a casa para visitar a su familia. (Escuché) la dolorosa historia de un joven cuya madre falleció, pero no pudo ir a su funeral, porque le preocupaba no poder volver al trabajo que tenía en ese momento. Algunos de ellos han trabajado 15, 20 años aquí en los Estados Unidos y no han visto a su familia durante ese periodo. 

La Ley de Modernización de los Trabajadores Agrícolas (…) es algo que el Senado debería asumir, porque la Cámara Baja ya lo ha aprobado en un fuerte voto bipartidista. Ya es hora, desde hace mucho, de que este proyecto se convierta en ley.

P: ¿Cree que eso ocurrirá en un futuro cercano, este año o el próximo?

R: Bueno, fue decepcionante que la “árbitro” (que interpreta el reglamento) del Senado decidiera que no podía ser parte de un paquete (aprobado mediante la maniobra legislativa extraordinaria) de reconciliación. 

Espero que los miembros del Senado sigan buscando formas creativas para obtener suficientes votos para que esto se apruebe. (…) Esto realmente requiere que ambos partidos reconozcan que los productores y los sindicatos, que representan a todo el universo de los trabajadores agrícolas, se han unido y han dicho que esto es necesario para la agricultura. Es necesario y es lo correcto, lo que hay que hacer por las personas que trabajan increíblemente duro para brindarnos la enorme variedad, la calidad y las opciones que tenemos cada vez que vamos al supermercado. 

La gente debe reconocer, cada vez que entra a ese supermercado, cada vez que pasa junto a esas frutas y verduras expuestas con tanta belleza, que hay un trabajo agotador que permite llevar esa fruta y verdura a su supermercado. Y debemos asegurarnos de brindar respeto a esos trabajadores y de darles la capacidad de que tengan lo que todos queremos, que es un trabajo decente y la posibilidad de estar con nuestra familia.

UNA ESTRATEGIA AGRÍCOLA ALTERNATIVA A LA DE LA UE

P: Después de la reunión de ministros de Agricultura del G20 (países desarrollados y emergentes) el mes pasado, usted dijo que Estados Unidos está pidiendo a otros países que se unan a una “coalición para el crecimiento de la productividad”, que podría ser un contrapeso a la estrategia “De la granja a la mesa” (Farm to Work) de la Unión Europea (UE). ¿Por qué cree que es necesario articular una alternativa al plan europeo? ¿Y podría esto derivar en dos grandes bloques, uno liderado por Estados Unidos y el otro por la UE, tratando de definir el futuro de la agricultura sostenible?

R: Existe una visión común que compartimos con los europeos, que es que efectivamente tenemos que tener una producción más sostenible, tenemos que ser capaces de afrontar el reto del cambio climático. La agricultura tiene un papel que desempeñar y creemos que hay una visión común: llegar a una agricultura neta de emisiones cero en el futuro, pero eso no significa necesariamente que solo haya una forma de llegar allí. 

Lo que queríamos enfatizar era que los europeos pueden decidir ir por un camino, y que hay otro camino, un camino que se enfoca en la productividad, un camino que se enfoca en la innovación y la tecnología, que puede llevarnos al mismo lugar. Y creo que es importante, porque hay algunas preocupaciones expresadas por un estudio que hizo aquí el Departamento de Agricultura, y que francamente han expresado muchos agricultores europeos, de que es muy posible que haya una caída grande en la productividad si seguimos la senda que han escogido los europeos. 

No creemos que tengamos que sacrificar la productividad para conseguir sostenibilidad, creemos que se pueden conseguir ambas cosas.

P: ¿A qué países ha contactado para formar parte de la iniciativa, y por qué cree que América Latina debería estar interesada en esta coalición?

R: Tuve una conversación muy constructiva con la ministra de agricultura brasileña (Tereza Cristina), y creo que ella reconoció que, como dos de los principales países productores de agricultura, a Brasil y Estados Unidos nos conviene trabajar juntos para asegurarnos de que los sistemas que hemos adoptado -con tecnología, con innovación, con biotecnología- no están necesariamente restringidos por lo que hacen nuestros amigos europeos con su programa Farm to Work. 

Lo que no queremos es una situación en la que Europa básicamente promueva, mediante arreglos comerciales, que nuestros cultivos no tengan acceso a mercados extranjeros. Tanto Brasil como Estados Unidos dependen de las exportaciones y queremos asegurarnos de que, sea cual sea la vía que se utilice (en la UE), no se restrinja el comercio. 

Obtuve una respuesta muy positiva de Brasil, y tuve una oportunidad también de hablar con el Secretario Villalobos, de México, y él también entiende las oportunidades que supone esto. Creo que el continente americano en particular tiene la oportunidad de unirse porque compartimos enfoques comunes en tecnología, enfoques comunes en agricultura, y creemos que eso ofrece otra alternativa, otra forma de llegar a un futuro de cero emisiones.

P: La estrategia europea se basa en gran parte en la reducción del uso de pesticidas, que se recortarían en el 50 % para 2030. ¿La de Estados Unidos también recortará los pesticidas, o cree que eso no es compatible con la productividad?

R: Creo que existe una oportunidad para que la innovación nos brinde la capacidad de utilizar con mayor precisión pesticidas, herbicidas y otros insumos. El enfoque que tomaríamos sería mirar a la agricultura de precisión, entendiendo que cada acre individual de tierra es un poco diferente en términos de lo que necesita. 

Al mismo tiempo, creemos que existe una enorme oportunidad con la modificación genética y con otras tecnologías, para potencialmente crear cultivos que no requieran necesariamente de tantos pesticidas. No se trata de oponerse a la idea de menos pesticidas, sino de asegurarnos de que los pasos que damos no resulten necesariamente en una disminución significativa de la productividad. 

Porque si vamos a alimentar a un mundo hambriento (…) no nos podemos permitir el lujo de no tener la productividad adecuada. De lo contrario, tendremos mucho estrés y muchos conflictos basados en el acceso a los alimentos. Creemos que la tecnología brinda oportunidades reales para ser más precisos, brinda oportunidades reales para reducir el uso de pesticidas y herbicidas sin la necesidad de disminuir la productividad.

SILENCIO SOBRE LOS ARANCELES A ESPAÑA

P: Hablando de la Unión Europea, España quiere que Estados Unidos levante sus aranceles sobre las aceitunas negras. Se supone que la Organización Mundial del Comercio (OMC) debe fallar sobre este tema y todavía no lo ha hecho, pero ¿es posible que Estados Unidos levante esos aranceles el próximo año?

R: No creo que sea apropiado que hable sobre este asunto en particular porque actualmente, como usted dice, está en manos de la OMC, así que no voy a hablar específicamente sobre este tema. Pero en términos generales, Estados Unidos espera tener un comercio libre y justo. En este momento, (…) hay una diferencia de 17.000 millones de dólares entre los (productos agrícolas europeos) que compramos nosotros y los (estadounidenses) que ellos compran (en la UE). 

Creemos que debe haber un enfoque más equilibrado en nuestro sistema comercial. Tenemos un mercado mucho más abierto para muchos de nuestros productos que los europeos para nuestros productos en su mercado, y pensamos que, siendo justos, debe haber una mayor apertura. 

Por lo tanto, continuamos trabajando a través de la Oficina de la Representante Comercial de EE. UU. para inculcar a los europeos la necesidad de tener un mayor acceso basado en la ciencia, basado en reglas internacionales y no basado en una preferencia particular, sino basado en reglas que básicamente permitan a los consumidores tomar decisiones informadas sobre lo que quieren comprar.

P: ¿Tiene alguna preocupación sobre la forma en la que México está implementando el T-MEC? ¿Cuál es la próxima fase en la cooperación con México bajo este acuerdo?

R: He tenido conversaciones con el secretario (de Agricultura mexicano, Víctor) Villalobos, sobre algunas de las oportunidades potenciales para México, en términos de cultivos transgénicos y posibles restricciones que creemos que pueden causar algunos problemas. También hay problemas con el glifosato y algunos otros aspectos de nuestra relación, pero estoy convencido de que tenemos una relación de trabajo buena y positiva. Y sean cuales sean las diferencias que puedan surgir, podemos solucionarlas. Es lo bueno del T-MEC.

P: ¿Cree que China está cumpliendo sus compromisos de comprar más productos agrícolas de Estados Unidos en el marco de la “fase uno” del acuerdo comercial bilateral? Si no es así, ¿cómo van a asegurarse de que cumplan?

R: Hay dos áreas en lo que se refiere a la agricultura que los chinos deben abordar. Usted mencionó una de ellas: están cerca de 5.000 millones de dólares por debajo de las compras necesarias para cumplir con sus responsabilidades de la “fase uno”. Obviamente, hemos visto un aumento en las compras chinas, pero aún no al nivel en el que se diría que están cumpliendo. También hay cuestiones adicionales que conocemos como barreras no arancelarias y que deben resolverse.